El bucle de la discordia de Airbnb ¿Cómo funciona esa estrategia con la que la compañía consigue navegar en medio de un clima de tormenta creado por ella misma?
Airbnb o Uber pertenecen una generación de empresas que nunca pide permiso. Cuando llegan a un sitio, esperan que sean las normas las que se acaben adaptando a ellas y no al revés. Toleran las ilegalidades en sus plataformas y se enzarzan en conflictos interminables con las autoridades.
Es su manera de competir, lo que les da ventaja frente a sus rivales. Desobedecer, atrincherarse y litigar forma parte de una estrategia calculada. Lo curioso es que les haya funcionado tan bien hasta el momento. En gran parte se debe a su talento para la propaganda y su habilidad para hacer lobby.
¿Cómo funciona esa estrategia de la discordia con la que Airbnb consigue navegar en medio de un clima de tormenta creado por ella misma?
El bucle de la discordia
Entorno a su plataforma, Airbnb crea el caldo de cultivo adecuado para que surja una comunidad de usuarios y simpatizantes con un alto sentido de pertenencia que, en todo momento, se mantiene alineada con los objetivos de la empresa. Luego le da la apariencia de un movimiento popular cuyos intereses trascienden a los de los usuarios.
Cuando la ocasión lo requiere, se aguijonea a esa comunidad y se utiliza como un medio indirecto para presionar a políticos y reguladores. Se le incita a movilizarse frente a ellos y en especial contra los ayuntamientos. Otras veces, es la propia Airbnb la que se reúne con quienes toman las decisiones. En lugar de como una corporación con intereses particulares, se presenta como la representante de un colectivo de votantes, consumidores o ciudadanos. Se atrinchera junto a su comunidad en negociaciones interminables, llegando a elevar el caso a instancias superiores, como la UE, a las que espolea contra las ciudades o los niveles inferiores.
Allí donde se detecta que el momento es propicio, se sacan las ramas de olivo y se consiguen pactos bilaterales con las autoridades locales del lugar. Así se sortea la rigidez de las regulaciones sectoriales. Son compromisos que incluyen medidas como purgar la plataforma de ilegales o entregar información o datos, pero que no suelen contemplar sanciones u otros dispositivos coercitivos. Si interesa, se cumplirán y si no, se volverá a cualquiera de las situaciones anteriores de conflicto, entrando en un loop infinito.
Esta es una forma simplificada de describir una maniobra que, mientras se ejecuta, consigue dejar suspendida en el tiempo la legalidad para un sujeto en particular. Cabría esperar que las autoridades locales, autonómicas o nacionales supiesen detectarla e interrumpirla aplicando las mismas leyes para todos, sin embargo, a día de hoy, en lo que se refiere a Airbnb, todavía no se ha conseguido del todo.
El caso de Barcelona
Con ese patrón adaptado a cada ciudad, Airbnb se ha ido expandiendo y dominando el mercado del alquiler turístico. Barcelona ha sido una de ellas.
El libro Airbnbullshit. Inventos y tretas de una multinacional pendenciera se detiene a dar un repaso al caso de Airbnb en Barcelona. Las anteriores líneas son un extracto adaptado de ese ebook que está disponible para descargar en este blog en varios formatos digitales.