¿Qué es Blockchain? ¿Es la Internet del futuro o magia voodoo que sirve para solucionarlo todo?
Blockchain puede ser una tecnología casi mágica capaz de solucionar todos nuestros problemas o una peligrosa estafa. Depende de si se lo preguntas a un fan de la informática o a un viejo zorro de las finanzas. En este momento, es posible que ambas cosas sean un poco verdad.
Por un lado están surgiendo infinidad de proyectos basados en esta palabra de moda que prometen revolucionar algún aspecto de nuestras vidas. Muchos de ellos tan solo se encuentran en la fase de concepto y no se sabe exactamente como piensan hacerlo. Esto no impide que estén obteniendo grandes sumas de financiación en monedas digitales. Desde el mundo de las finanzas han avisado a quienes inviertan en ellos que deben de estar preparados para perderlo todo. Lo cual no ha evitado que la fiebre del oro continúe propagándose a día de hoy.
Pero por otro lado hay quienes aseguran que, más allá del bombo del momento, en Internet existe una corriente natural que avanza lenta pero segura hacia la descentralización y la desintermediación. La tecnología Blockchain va a jugar un papel muy importante en esa corriente. Dentro de unos años (quizás décadas) casi todos los sectores de la economía se van a ver afectados. También le pasará al turismo, como veremos en otro post.
En este artículo voy a dar mi definición de Blockchain y de sus dos aplicaciones principales: Bitcoin y Ethereum. Hay muchos motivos para estar entusiasmado con sus posibilidades, como explico en este otro. Queda pendiente hablar de los muchos motivos para el escepticismo -e incluso el cinismo- que hay sobre el alcance y las consecuencias que acabará teniendo Blockchain en realidad.
¿Qué es blockchain?
En esencia Blockchain es un conjunto de funciones y protocolos necesarios para conseguir una base de datos distribuida. Ninguna persona ni organización controla o mantiene los registros de esa base de datos. En su lugar son varios miles de individuos desperdigados por la red quienes la actualizan haciéndola resistente a posibles ataques. Cada uno de ellos tiene una copia que se sincroniza constantemente. Lo hace mediante unos protocolos tan seguros que lo que dicen los registros se considera veraz por consenso.
Realmente no se trata de ninguna nueva tecnología sino de varias funciones que ya se venían usando. La aportación de Blockchain ha sido combinarlas para conseguir la fiabilidad del registro. Cada una de sus «páginas» se va rellenando con anotaciones de transacciones y otros sucesos digitales. Cuando una página está llena se sella con un acertijo matemático (mediante una función criptofráfica). Cada página sellada es un bloque que se incorpora en su sitio a una cadena. De ahí el nombre Blockchain (cadena de bloques).
Para hacer resistente al registro frente a ataques, se opera bajo un Sistema de Prueba de Trabajo (POW). Esto quiere decir que el funcionamiento se ralentiza y requiere que múltiples individuos inviertan recursos -tiempo, electricidad, capacidad de cálculo o conexión a la red- para actualizar los datos. Son los llamados «mineros» los que se encargan de ello.
Es interesante tener una idea de lo que significa la función POW en Blockchain. Varios de los rasgos que convierten a la cadena de bloques en una tecnología tan prometedora tienen que ver con ella, y también algunas de sus limitaciones. A cambio de hacer resistente al sistema, la Prueba de Trabajo lo ralentiza y lo hace intensivo en gasto de electricidad. Además favorece que se cree una comunidad que se implica, dando incentivos a los mineros que participan en su mantenimiento que reciben recompensas por hacerlo.
El código (fuente) es la ley
En parte Blockchain recuerda a los viejos registros públicos como el de la propiedad o el mercantil. El mantenimiento del registro y su acceso a él es formalmente lento y costoso. Pero a cambio, los datos que contiene son públicos y se consideran totalmente fiables. Tanto es así que lo que está registrado se presume legal e impenetrable y tiene preferencia frente a lo que no lo está.
Blockchain atribuye a los datos una veracidad muy diferente a la de esos principios regístrales tradicionales. Más que una cuestión de confianza se trata de un verdadero acto de fe: en Blockchain el código fuente es la ley. Se asume que el código programado es perfecto y que el sistema no puede hackearse. Por ello, se acepta de forma consensuada que lo que dice el registro va a misa. Lo que ha sido sellado criptográficamente por el sistema se considera inmutable, eterno y verdadero. Muchos desarrolladores de Blockchain son auténticos creyentes en el poder de la encriptación.
Bitcoin y Ethereum
La primera aplicación que se desarrolló utilizando Blockchain fue la moneda digital Bitcoin. De hecho se creo para eso. Los mineros de Bitcoin son los que se ocupan de sellar los bloques de la cadena. Lo hacen con la función de prueba de trabajo de la que hablábamos antes. Ellos son los que mantienen una copia continuamente sincronizada del registro. Como al hacerlo gastan tiempo y recursos se les recompensa con Bitcoins que se crean de la nada. Con esta operación de minería es como se extrae el oro de los Bitcoins.
Ethereum también tiene su propia moneda al estilo de Bitcoin (el Ether). Pero es una iniciativa más ambiciosa todavía. Se propone utilizar Blockchain para algo más que un gran registro contable. Se han propuesto crear un gran ordenador que no se aloja en ningún sitio en concreto. Lo llaman la Máquina Virtual de Ethereum, que se ejecuta en multitud de ordenadores dispersos.
Por las características innatas de Blockchain que acabamos de describir, se trata necesariamente de un ordenador lento que gasta mucha energía. Aún así hay cantidad de aplicaciones para un sistema que pude ejecutar software de forma segura, fiable y distribuída. Ethereum hace posible los contratos inteligentes capaces de autoejecutarse en el momento y las condiciones determinadas. Se podría, por ejemplo, programar uno de ellos que pague automáticamente al vendedor de unas mercancías cuando un GPS incorporado en ellas indique que han llegado al domicilio del comprador.
Blockchains privadas
Muchas empresas se han dado cuenta de su potencialidad y están desarrollando Blockchains privadas. Al tratarse de software libre, uno puede acceder a Blockchain y adaptarlo a su organización para usarlo de forma controlada. A primera vista puede parecer que no tiene sentido utilizar en una red cerrada una tecnología que es esencialmente lo contrario. Pero bancos o líneas aéreas, por ejemplo, están investigando como sacar partido a una base de datos con las prestaciones de Blockchain.
Sobre el futuro prometedor de estas aplicaciones de la tecnología Blockchain con las que se está experimentando hablo en este otro artículo.